lunes, 11 de junio de 2012
Mar
Observando el vaivén de las olas,espuma blanca deslizándose sobre la arena negra, viene y va en su eterno retorno, serpenteante. Baña las rocas con su danza chispeante, recurrente, sempiterna. A lo lejos un jinete enfundado en neopreno negro surca las crestas. Rema, rema y vuelve a sesgar la ola con una armonía y constancia matemáticas.
El cielo se torna gris azulado en este atardecer de invierno en la isla. El mar copia su color como siempre hace. Miro su inmensidad, el horizonte sin fin. Y pienso en barcos, tesoros, corales, estrellas, sirenas y botellas de cristal con mensajes de amor. Pienso en la magia, el misterio, en el principio de los tiempos cuando la vida surgió de él. Vida, vida, con aroma a sal, a algas, a espuma.
Sumergirme en el me hace renacer, me limpia me purifica, me devuelve a lo que realmente soy...Cuando la tristeza me quiebra los huesos, me digo a mi misma "al mar, idiota, al mar".
Valkirias
La playa de nombre desesperado, la playa gris, cielo, mar y arena...La brisa fría trae el rumor del mar, bravo, de crestas blancas, de olas salvajes. La música, notas que se mezclan con el contundente sonido del mar rompiéndose contra las rocas.
La playa gris, con su mar gris, el campo de batalla...
A lo lejos, con andar desafiante y sus armas bajo el brazo, se divisan las cuatro Valquirias, las guerreras, cabalgadoras de olas. Banda sonora de rock duro y hacen su aparición.
Las cuatro, con sus armaduras de neopreno, sus melenas salvajes de sol y algas, pieles bronceadas, siluetas torneadas, cabalgando sobre sus tablas, deslizándose entre las olas, zig,zag,zig,zag....Comienza la batalla, gladiadoras de sal y espuma.
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